⚽️ 'Entre Copas': salvajes y eternos
Última entrega de este diario futbolero. El campeonato de España y Argentina. Dos imágenes y un par de citas.
“Entre Copas” es un diario personal sobre apuntes, anécdotas, reflexiones y algo más sobre la Eurocopa y la Copa América. Se escribe desde Buenos Aires, con una mirada migrante, un poco argentina, un poco venezolana y, sobre todo, futbolera.
9 de julio de 2024. Martes.
Lamine Yamal anotó un golazo en el España vs. Francia.
No sé si le pasa a todos los del Madrid, pero cada tanto, cuando aparece una mega promesa de estas en el F.C. Barcelona, me preocupo. Lamine Yamal está por cumplir 17 años. Hace no mucho, otro chico muy joven, nacido en Rosario, causó estragos en la historia contemporánea de Real Madrid. A veces pienso que, entre Copas de Europa, se olvida eso, que hace no mucho todo fue bastante más complejo.
Fue liberador que Argentina eliminara a Canadá de la Copa América.
10 de julio de 2024. Miércoles.
Creo que mi idea de felicidad perfecta es echar mermelada de higos en un pan tibio y probarlo. Ese instante.
Leo “¿A dónde vas, Lamine Yamal?”. Manuel Jabois termina su artículo con la siguiente oración, en relación con la juventud del futbolista: “Una edad que anticipa una época”.
Entre uno y otro momento, vuelvo a ese amigo fanático de España sobre el que hablé antes. Lionel Messi en otra final con Argentina y uno del Barcelona llevando a España a la final de la Eurocopa. Imagino que estaría muy contento. Nunca hablamos sobre Kylian Mbappé pero, sospecho, no le agradaría. La clasificación de España ante Francia supondría un extra para su euforia.
Cabrón.
Mis viejos, en El Junquito, Venezuela, pasan más de doce horas sin luz. En invierno, me fijo mucho más en las entradas de luz que tiene Buenos Aires; busco la sombra de un árbol pegando en alguna pared: incluso el reflejo de un esqueleto es un rastro de vida.
¡Los huevazos que pusieron los colombianos para ganar a Uruguay!
Mañana sigo con este partido.
11 de julio de 2024. Jueves.
Para mí, James Rodríguez y Toni Kroos están enlazados por una frase: «Son unos lambucios». Me la dijo una chica con la que salí en 2014. Real Madrid acababa de ficharlos, tras ganar la Décima. Diez años después, sé poco y nada sobre la chica, Kroos ya no juega y James está ahí, en la pantalla, conteniendo más lágrimas de las que puede ante un micrófono, tras eliminar a Uruguay.
En Un mundo extraño, la autora Guell Isabel incluyó el siguiente epígrafe:
«Muéstrame la eternidad, y yo te mostraré
la memoria»,
Emily Dickinson.
Es bastante probable que ahí, en la memoria, se quede ese Colombia vs. Uruguay y su sucesión de pequeños detalles aterradores. Tres van por un balón y uno de ellos no regresa de ese abismo de piernas. Ese, justo ese, era el que tenía seco a James, quien luego centra la pelota de gol. Un codazo venido de la inmadurez hace que todo termine de saltar por los aires. Así, a codazos metafóricos, Colombia resistió una y otra vez ante Uruguay.
No hay entrenador ni inteligencia artificial que pueda generar una respuesta a ese tipo de infortunios, situaciones y manejo de emociones. Por eso el deporte de élite es interesante: aunque haya todo el talento y la preparación posible, aún prevalece un factor sombrío.
12 de julio. Viernes.
No hay fútbol.
Carlos Alcaraz clasifica a otra final de Wimbledon. Instantes después de ganar, parece que no ha transpirado.
13 de julio. Sábado.
«Sin la mirada de otra persona, no existimos», dijo Milena Busquets en Nota al pie.
La tarde porteña:


Julieta, la primera amiga argentina que hice, me deja esta frase: «No hay nada más sexy que un hombre capaz de mostrarse vulnerable».
14 de julio. Domingo.
Estarías contento, hijo de puta.
España, migrante, mestiza, repleta de jugadores de la clase media de La Liga y algunas promesas, fue la mejor de la Eurocopa.
Estarías contento, hijo de puta.
Sé que, incluso perdiendo, hablarías del buen juego y presumirías de la relación con el Barcelona, recordando aquellos años de gloria. Pero, como además de buen juego hubo premio e invicto, estarías delirando y recordando aquello de “no son futbolistas, son toreros”.
Estarías contento, hijo de puta.
Hace rato dejaron de ser toreros. Pero no me gastaría en discutírtelo. Al fin y al cabo, a mí también me alegra este triunfo porque crecí con el fútbol de ese país y porque ahora, cuando tú no estás, hay otras amistades con las que también puedo celebrar y por quienes me alegro.
Y aún queda el partido de Argentina.
15 de julio. Lunes.
Viendo lo que ocurrió durante la transmisión de TyC Sports, cuando Hernán Feler le reiteró a Gastón Edul la pregunta de cuántos goles anotó Colombia en pelota detenida para bloquear esa chance, pienso en lo absurdo y fascinante que es el tema de las mufas y contramufas acá.
No basta la confianza en los jugadores. No basta llegar con la chapa de Campeón del Mundo en el pecho. No basta venir a revalidar el título de la Copa América. No. Argentina, donde nacieron varios de los mejores futbolistas del mundo, se entrega a rutinas y hábitos para espantar cualquier clase de energía adversa. Quizá por eso son tan buenos en esto del fútbol, porque saben que con la razón no es suficiente.
Hay algo salvaje en los festejos argentinos que me seduce. Más que una celebración, es un desahogo profundo. Sobre todo en tiempos de crisis. Estas fiestas no se entienden sin el contacto diario con su forma de vida ardiente y a la vez frágil. La verdadera suerte es esa, encontrar caras amigas en los triunfos de un país, saber que hay varias casas a las cuales llegar y recibir un abrazo.
Gracias por el cariño.
Esta es la última entrada de este diario futbolero.
Quiero agradecer a las personas que acompañaron cada boletín, que dejaron su like, compartieron, se suscribieron y que, por una u otra vía, hicieron saber que estaban ahí, leyendo. También agradezco a Miguelina Galindo y a Martín Solzi, quienes estuvieron pendientes con cada corrección antes de que esto llegara a más personas.
Me gustaría que todo el que quiera deje cuál fue su momento preferido de este mes entre Copas.
¡Salud!
Nota editorial: esta edición fue corregida por Miguelina Galindo y Martín Solzi.
Luego de esto, quedarán disponibles dos textos. Uno sobre la final de la Copa América. Otro sobre la Eurocopa. Son piezas más largas que escapan al tono de este diario. Si esta es la primera entrega que lees, te invito a leer otras ya publicadas en “Entre Copas”, el especial de La Marea dedicado a la Eurocopa y la Copa América:
1. “No Kroos, no party”
2. “Bellingham, Mbappé, las guerras pasadas y presentes”
3. “Los extraños caminos de la memoria”
4. “«¡Pongan huevos!»”
5. “La mirada de Modrić (y una manía personal)”
6. “Fiesta sobre el ataúd”
7. “Esto se sale de control”
8. “De migrar no se regresa”
9. “Despecho y prosa”
A orilla’e playa están las tablas.
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¡Pa’lagua!
Gracias por Entre Copas, muy crack ❣️